cuando el cansancio es intolerable;
en el abrazo de un anochecer fresco
arrullándose una cavilación insoportable.
Te busco cuando la duda en mi florece
y los susurros se vuelven latentes gritos,
cada vez que mi lengua se entorpece,
y se sume insistente en tu evocado mito.
Regresan mis desconciertos taciturnos,
al avanzar las tenues y anheladas noches,
cuando mis deseos se vuelven nocturnos
y mis reflexiones se basan en reproches.
La calma es recuperada al amanecer;
cuando tu voz se silencia con la mía,
recuperando mi cordura al atardecer...
atando mi inconsciente con una lía.
Hola Helena Desparta
ResponderEliminarTal vez las turbaciones son las mejores aliadas para atrevernos a buscar esos senderos que nos llevaran hacia nuevos horizontes, pero cuando tomes la decisión de tomarlos recuerda que no debes voltear hacia atrás, alumbra el recorrer hacia ese nuevo mundo con templanza, nunca tomes decisiones sin dejar pasar por lo menos un día para analizarlas, usa de cobijo la confianza de la persona o personas que te respalden en todo momento. El final del camino es una incertidumbre nunca sabrás cuando terminara, disfruta tus senderos. La decisión de cual tomar es tuya y solo tuya, no debe desconcertarte cual tomar, si simplemente uno no te parece, en la próxima oportunidad cambia el rumbo. Con las personas que te encuentres, comparte las experiencias, acompáñalos y ríe con ellos, nunca dejes de reír.
Vive y se feliz porque eres siempre y por siempre la mejor para todos los que te acompañamos.
NS