
Le corroe el alma
un deseo incontrolable
que lo deja sin calma
y a su corazón vulnerable.
Le traiciona su criterio
convirtiéndose en desvelo,
saber lo que quiere es un misterio
que ahora lo deja sin consuelo.
Le mortifica el tiempo que transcurre
y los pasajes involucrados,
su conciencia lo aturde
con los sentimientos encontrados.
Enamorado eterno del amor;
busca preservar aquella sensación
la anhela siempre en un clamor
y en sus sueños revive la emoción.
El amor, la eterna maquina que nos mueve aqui y mas haya de lo que conocemos, siempre balanceandose en los filos de la inocuidad.
ResponderEliminarAntoine Richis
inquietud????? nooo!!!! es un pensamiento !!! :D
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