Despiertas de manera espontánea
observas y nada es como debería ser,
y vislumbras que aquella vida momentánea
se ha ido, y nada está en orden al parecer.
Intentas reconocer algo alrededor;
una persona, una caricia.. alguna mirada,
nada en ese momento es tan estremecedor
que saber que ya no está esa persona soñada.
Se ha roto la ilusión de aquellos días...
donde los sueños dorados se cumplían sin condición,
del calor de esas miradas y el fervor de sus sonrisas
y de esos seres invencibles que vivían por pasión.
Hoy, toca volver a renacer... de volver a la realidad
de vivir, de gozar y otras tantas veces llorar y enfurecer,
lo principal es seguir adelante ante la adversidad
y no permitir que nada ni nadie nos logre enloquecer.
Comentarios
Publicar un comentario